lunes, 1 de septiembre de 2008

Empresario EE.UU. pide no escuchar a Chávez

Trabaja con salvadoreños en Los Ángeles
Empresario EE.UU. pide no escuchar a Chávez
Advierte contra el proyecto de Alba Petróleos

Enrique Alejo, quien se considera un cubanoamericano-salvadoreño, es propietario de la cadena de supermercados Liborio, en Los Ángeles, Estados Unidos, y siempre se ha caracterizado por apoyar grandes proyectos de beneficio para El Salvador.
Actualmente, se encuentra de gira por la tierra cuscatleca, con dos objetivos: uno, entregar ayuda, y, otro, brindar mensajes a la población para que no permita que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llegue a dominar a este país.

No obstante, Alejo aclaró que, aunque no le gusta mezclar las causas de las comunidades con la política, es necesario hacerlo.

"No soy político; yo agarro las oportunidades para hablar de cosas que creo que son una mentira, engaños y traición. Yo fui traicionado en mi país, donde trabajé y peleé con una revolución, que después me traicionaron y me dio la espalda. Se volvió comunista y marxista, nos quitó todo, dejándonos en la ruina, teniendo a Cuba, con 50 años viviendo bajo los pantalones de un hombre llamado Fidel Castro. Eso no es lo que yo quiero para El Salvador".

En sus declaraciones, el rostro y los gestos de Alejo reflejaban preocupación y coraje de pensar que los salvadoreños caigan, según él, en manos de un gobierno igual al de Daniel Ortega en Nicaragua y al de Cuba o Venezuela.

El cubano cree que Hugo Chávez quiere comprar a los salvadoreños con el petróleo a través de proyectos cono el Alba Petróleos, con importación de combustible.

"El mensaje que les quiero transmitir es que vean el progreso de El Salvador, se debe seguir ese progreso y la democracia", expresó el empresario.

Alejo estuvo en el centro escolar John F. Kennedy, en el municipio de El Carmen, departamento de La Unión, a donde se presentó con miembros del Comité de Salvadoreños Residente en Los Ángeles, El Piche, para hacer entrega de una máquina fotocopiadora.

Alejo (al centro) mantiene un programa de cooperación en la parte oriental del país. Se mostró en contra del avance del chavismo en Latinoamérica.

Siguen las bajas en las Farc

Ejercito abatió tres presuntos guerrilleros y dos más se desmovilizaron Siguen las bajas en las Farc.

Tres presuntas integrantes de las Farc fueron abatidas por el Ejército en diferentes partes de Antioquia, informó ayer la IV Brigada. Otros dos insurgentes decidieron desmovilizarse.

En la vereda San Andrés, municipio de Nariño, tropas del Batallón de Contraguerrilla Nº 4 dieran muerte en combate a dos supuestas subversivas. Según el general Juan Pablo Rodríguez, comandante de la IV Brigada, “pertenecían a la cuadrilla 47 de las Farc y fueron dadas de baja cuando las tropas se encontraron con un reducto de esa cuadrilla, de más o menos 5 bandidos. Estas mujeres portaban dos fusiles AK-47”. En San Luis, vereda Boquerón, “una integrante de la 9a cuadrilla de las Farc que vestía de camuflado, portaba un fusil y tres proveedores fue abatida por tropas del Batallón de Artillería No º4, Bajes”, afirmó el oficial.

Desmovilizados El general Rodríguez Barragán también informó a EL MUNDO “que un hombre de 32 años, 14 de ellos en las Farc y una mujer de 28, con 10 años en el grupo, se acogieron al programa presidencial de Atención Humanitaria al Desmovilizado”. Según el oficial, “pertenecían a la cuadrilla 36 y por los constantes operativos del Ejército, decidieron presentarse en el Batallón de Infantería Atanasio Girardot, del barrio Villa Hermosa, de Medellín.

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idcuerpo=1&dscuerpo=Sección A&idseccion=8&dsseccion=Antioquia&idnoticia=94117&dsnoticia=Siguen las bajas en las Farc&imagen=&vl=1&r=primera_pagina.php

jueves, 28 de agosto de 2008

Venezuela, democracia traicionada

OPINIÓN
Venezuela, democracia traicionada
Por Alberto Briceño

Caracas.- Entre 1959 y 1998, Venezuela tuvo gobiernos razonablemente democráticos. Fueron ocho administraciones que permitieron elecciones bastante libres y se respetaron los resultados. Lamentablemente, esos gobiernos anteriores a la llamada revolución "bolivariana" tuvieron un grave defecto: nunca entendieron de desarrollo económico, nacionalizaron la industria petrolera y politizaron tanto al Banco Central como al sistema judicial.

A menudo les hicieron la guerra a inversionistas y empresarios, tanto nacionales como extranjeros, que podían generar nueva riqueza y más empleos. La situación económica empeoraba con cada nuevo Gobierno. Para 1998, la mayoría de los venezolanos eran pobres y sin esperanzas de salir de abajo. Tan desesperados estábamos que elegimos a un teniente coronel psicópata que sólo sabía manejar cuarteles y dar sangrientos golpes de Estado.

Desde el primer día, Hugo Chávez empezó a debilitar el sistema democrático y a todas las instituciones públicas y privadas, a crear odio entre los venezolanos, a aliarse con cuanto terrorista internacional encontró, mientras nos prometía el paraíso terrenal. El sistema legal lo ha rediseñado para ponerlo enteramente a su servicio. El exagerado aumento del precio del petróleo, en parte provocado por él mismo para desgracia del resto del mundo, le ha dado poder para comprar conciencias dentro y fuera de Venezuela y para disimular el trágico fracaso del "socialismo del Siglo XXI". Multiplicó y agravó todos los problemas que encontró al asumir la presidencia.

La Venezuela anterior a Chávez le abría sus puertas a los perseguidos en otras naciones y se combatían dictaduras en el plano diplomático, pero hoy aquí no se respetan los derechos humanos. Entonces nos preguntamos: ¿Dónde están los mandatarios de la comunidad internacional que rechazan a tiranos como el nuestro? ¿Cómo se permite el cinismo de Lula, quien afirma que el problema de Venezuela es "exceso" de democracia o que el despojo de RCTV, nuestro principal canal de televisión, se ajustó a derecho?

Entre tantos episodios insólitos de falta de solidaridad con los venezolanos sobresale la experiencia de dos comisarios de la Policía Metropolitana de Caracas, quienes solicitaron asilo a la embajada de El Salvador. Los comisarios Henry Vivas y Lázaro Forero pidieron asilo el 26 de noviembre 2004, porque el gobierno de Chávez había inventado que eran responsables de asesinatos cometidos durante una protesta pacífica que marchó hacia el palacio de gobierno, el 11 de abril de 2002.

Decidieron culpar a policías de un alcalde originalmente chavista, pero que había dejado de serlo. El gobierno de El Salvador no sólo les negó el asilo sino que los entregó a las autoridades. Para aliviar su conciencia, buscó el apoyo de los representantes diplomáticos de Costa Rica, México y Argentina, advirtiendo que los gobiernos de los cuatro países se asegurarían de que el juicio fuese justo y que se respetarían los derechos humanos de los acusados.

Hoy, esos dos ex policías siguen presos en un calabozo sin ventilación, sin ventanas ni mínimas facilidades sanitarias. Se les sigue el juicio más largo de la historia venezolana, sin lograr probar delito alguno. El juicio lleva 29 meses y los gobiernos de los cuatro países que iban a velar por los derechos humanos de los acusados mantienen absoluto silencio.

Otro caso notorio y reciente de falta de solidaridad con la democracia venezolana es Rodríguez Zapatero aceptando petróleo barato. Zapatero y el gobierno español no desconocen las horribles carencias del pueblo venezolano, la situación de 26 presos políticos consumiéndose en las peores cárceles del mundo, el discurso hostil de Chávez hacia España y su abierto apoyo a grupos terroristas como FARC y ETA.

Ante la flagrante indiferencia del mundo entero brilla una excepción: el nuevo alcalde de Londres, Boris Johnson, quien dignamente se negó a seguir recibiendo combustible barato para el transporte público londinense proveniente de un país tanto más pobre y donde Chávez regala lo que no le pertenece, sin rendirle cuentas a nadie.

http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=2745975

lunes, 25 de agosto de 2008

Funes y su negativa a participar en foro

Negativa a participar en foro Funes dice que no
Héctor Silva Ávalos
Gerente de Redacción de LA PRENSA GRÁFICA


Uno de los discursos más repetitivos en el FMLN, en el tema medios de comunicación, es que los más grandes –los de más lecturabilidad o audiencia– inclinamos a favor de ARENA la cobertura electoral a los candidatos a la presidencia. Ese discurso, que militantes y simpatizantes del FMLN han repetido varias veces, es un bulo, una noticia falsa divulgada con fines negativos, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Es decir, una mentira.

Mi labor es responder por la cobertura de LA PRENSA GRÁFICA, como gerente de redacción de este periódico. Lo hago, ahora, no por un afán de choque público, sino por el respeto que los lectores de este periódico merecen y porque es derecho de esta redacción aclarar que, al menos en nuestro caso, las invitaciones giradas al FMLN y a su candidato para participar en entrevistas o foros han sido muchas y variadas.

Desde el mes pasado, tras inaugurar nuestro foro político, el espacio que decidimos dedicar a la discusión electoral, hemos invitado a Funes a participar en él. Lo hemos hecho por lo menos seis veces, en conversaciones con él o con David Rivas, su encargado de comunicaciones. El jueves pasado, tras escuchar, en palabras de Rivas, que Funes había tomado la decisión de no participar en el foro, el comunicador nos citó a un desayuno para hablar sobre el tema. Como hacemos con todas las fuentes de información, acudimos a la cita. Rivas, simplemente, no llegó. A la hora que escribo esta columna ningún representante del FMLN o de la casa de campaña del señor Funes había dicho algo. El viernes el mismo candidato hizo dos llamadas al jefe de información de este periódico, José Luis Sanz, y tampoco dio respuesta, más bien mantuvo la evasiva y no correspondió tal y como se comprometió. No se trata, obviamente, de que la fuente haya faltado a una cita o no corresponda una llamada; suele suceder. Se trata de que esta fuente, el candidato Mauricio Funes y el equipo autorizado a hablar por él, ha tomado la decisión de rehuir a un foro en el que, hasta ahora, han estado secretarios generales de tres partidos políticos, el candidato presidencial de ARENA, el Tribunal Supremo Electoral en pleno –incluida una magistrada del FMLN–, el presidente de la República y analistas políticos de diverso signo ideológico.

Que quede claro, entonces. No es como han dicho en varias ocasiones el FMLN y sus voceros respecto a la cobertura electoral: que el candidato Funes está marginado. No, al menos en este caso, él se margina por decisión propia.

Recuerdo muy bien cuando, consultado por los resultados de la encuesta más reciente de LPG Datos, la cual revelaba la percepción mayoritaria de que ARENA va a ganar la elección presidencial de 2009 y mostraba que las calificaciones otorgadas a las propuestas de Rodrigo Ávila –el candidato arenero– eran mejores que las dadas a las del FMLN, una de las explicaciones de Funes fue que los medios de comunicación no exponíamos bien sus planes, que le dábamos poco espacio. Vale recordar que LA PRENSA GRÁFICA ha ocupado nueve páginas para publicar dos entrevistas a Mauricio Funes, antes y después de que el FMLN lo proclamó candidato. También publicamos dos páginas de entrevista a Álex Segovia, su asesor económico, dos páginas a la exposición del evento del domingo anterior, en el que delineó su plan de gobierno, y otras dos a Gerson Martínez, uno de los redactores del plan. ¿Falta de espacio? Otro bulo.

Si el señor Funes ha decidido no participar en nuestro foro, está en su derecho. Lo que debe quedar claro, no obstante, es que este periódico no cierra espacios, porque cree en el debate y la exposición de ideas como uno de los métodos de construcción democrática por excelencia. Si el señor Funes no participa es su problema. Solo suyo.

domingo, 24 de agosto de 2008

Funes y su soledad

elecciones 2009 La soledad del candidato

José Luis Sanz
Jefe de información de LA PRENSA GRÁFICA

“¿Ganará Mauricio?” La pregunta del millón; la que rebota en todos los pasillos y rincones. Me la han hecho dentro y fuera del país colegas de profesión y extraños, empresarios, cooperantes, visitantes de paso, algún diplomático o estudiantes universitarios con claras simpatías efemelenistas... Siempre contesto lo mismo: “No sé. Es pronto para dar un ganador. Todavía pueden pasar muchas cosas”.

A siete meses de la elección, no es solo que las encuestas, cualquiera que uno quiera dar por buena, arrojen diferencias demasiado cortas. Es la certeza de que algunos de los hechos políticos de mayor relevancia para la presidencial de 2009 aún están en recámara y pueden afectar las percepciones, semilla de los votos. Por un lado, Rodrigo Ávila no ha demostrado aún quién es y qué lugar va a hacer suyo en el delicado proceso quinquenal de reinvención de ARENA. Por otro, Mauricio Funes no ha logrado todavía disipar la confusión que planea sobre su contrato prenupcial con el FMLN. El empresariado nacional desconfía de este pero no comulga públicamente con aquel. Y el tiempo del cuerpo a cuerpo se acerca pero de momento ningún candidato ha tenido que responder en caliente y con cámaras delante a los desafíos y las posiciones del otro.

Hasta ahora, la campaña, por muy adelantada que fuera, ha sido de baja intensidad. Funes, consciente de su ventaja en plazos cumplidos y números, parece trabajar con los dedos cruzados para que los días y las semanas transcurran sin olas, sin preguntas, sin ruido. En su afán por adormecer la campaña ha diluido sus propuestas en generalidades —sabe que es Ávila el que necesita prometer y sorprender para remontar—, no ha desatado todavía las baterías propagandísticas del Frente y ha regalado, incluso, un espacio y tiempo de calma a su adversario, para no concederle titulares, para no darle puntos de apoyo dialécticos, para ojalá invisibilizarlo.

Ávila, el candidato más zancadilleado —por sus prójimos— de la historia de ARENA, ha invertido esa calculada tregua en carpintería interna, y apenas despierta de un estado catatónico en el que muchos le dieron por muerto. Lo cierto es que aún no repunta claramente, pero como un cercano colaborador de Funes me admitía esta semana, “ya levanta”. La elección de su compañero de fórmula, tarde o temprano, marcará un punto de no retorno en su proyecto político. Él pretende que tenga para la opinión pública la relevancia y trascendencia que no tuvo su propia postulación, pero por encima de todo esa designación sentenciará ante los votantes la personalidad del mismo Ávila: su grado de independencia —tanto respecto a Saca como frente al resto de sectores del partido—, su conciencia de las carencias propias, su valentía o falta de ella al representar o no un proyecto de verdadero cambio que robe o al menos dispute al FMLN la bandera de la alternancia como única vía de avance y mejora, en estos tiempos de ya indiscutible crisis.

Porque esa bandera, y en el Frente lo saben los más cuerdos, no ondea todavía del todo, en buena medida porque tampoco Funes ha probado ser el motor de cambios que prometía en forma tácita. Hasta el momento el Frente, vale decir su cuerpo de dirigentes, no ha transigido en sacrificar un ápice su firme control del partido para dar al candidato —externo— el oxígeno que necesita, y por eso su latente liderazgo transformador espera aún, si no hechos, sí al menos gestos unívocos que lo apuntalen.

Como resultado, Mauricio Funes aún parece, para quienes no militan en el FMLN, un hombre que —si diéramos por buena, que no es poco, la idea de que quiere renovar la izquierda partidaria— en buena medida batalla solo. La buena noticia para todos, que la hay, es que la actual incertidumbre puede engendrar pactos de Estado, y sin duda da una lección a quienes pudieran creer que un hombre solo, sin más aval que sus muchas o pocas virtudes, puede ganar una elección en El Salvador y salvar a la patria.

jueves, 21 de agosto de 2008

Alarmismo en lugar de propuestas

Por Jaime Restrepo V.
Atrabilioso, opinión y análisis

¿Será que Mauricio Funes, candidato del FMLN, tiene el don de predecir el futuro? Aunque no sea así, parece que él lo cree. No de otra manera se pueden interpretar sus declaraciones en las que manifiesta su preocupación por una hipotética oposición de derecha.

Funes señaló que el partido ARENA, al ser oposición, “se las va a querer desquitar en la Asamblea, nos va a querer interrumpir, bloquear cuanta iniciativa impulsemos”.
La anticipación de Funes, más allá de su optimismo frente al triunfo electoral, se centra en la oposición que tendría que enfrentar si fuera el Presidente de El Salvador, lo que a su juicio complicaría la discusión de temas de interés nacional.

Ante los síntomas de desgaste que muestra la campaña del FMLN en las encuestas y a las divergencias internas producto de las vanidades y de la ambición de poder, Funes recurre a un lugar común en las campañas que se desploman: el discurso triunfalista que pretende llevar el mensaje de que todo va bien y que la baja en las encuestas no es una tendencia sino una situación coyuntural.

Lo mismo hizo Hillary Clinton en Estados Unidos, cuando la precandidata demócrata y sus asesores se enfrentaron a la realidad de que la senadora no era imbatible y que su candidatura estaba en peligro. Ante los primeros síntomas Clinton arreció su discurso, se declaró ganadora y de manera soberbia sostuvo hasta último momento las divergencias con su oponente Barack Obama.

Pero el asunto va más allá: la predicción de Funes sobre el comportamiento de la bancada arenera tiene el propósito de presionar a los salvadoreños para que voten por los candidatos de izquierda a la Asamblea, pues si la bancada de derecha conserva su poder, se presentaría una confrontación que paralizará al país.

Lo anterior es otra vieja estrategia política que amenaza a los ciudadanos con vaticinios alarmantes para que, aterrorizados, unifiquen sus votos y favorezcan a una sola corriente política.

No obstante, desde la perspectiva de Funes, puede ser comprensible la predicción. Recordando un viejo adagio, el ladrón juzga por su condición y El Salvador ha visto el obstruccionismo de la oposición de izquierda frente a las iniciativas de los diferentes mandatarios areneros. Lo que Funes está señalando es que teme una revancha de la derecha que por cerca de 20 años ha padecido el ejercicio de una oposición inmadura cuya consigna parece ser “a todo decimos no”.

Esto significa que el FMLN teme que ARENA le pase factura por el obstruccionismo que ha llevado a cabo desde la Asamblea Legislativa salvadoreña.

Sin embargo, el FMLN sigue viendo legítima su oposición y asegura que la resistencia a apoyar iniciativas provenientes del Ejecutivo se ha debido a políticas que van contra la población. No obstante, cuando la actual oposición predice lo que le ocurriría de ser el oficialismo, entonces si entra a descalificar y a señalar como obstruccionista a la bancada arenera... esto, ni más ni menos, es la aceptación del FMLN de ser una oposición inmadura que recurre desesperada a los vaticinios de un destino oscuro para El Salvador.

En el fondo, Mauricio Funes y el FMLN solo están tejiendo hipótesis fatalistas sin ningún respaldo en la realidad. Eso es grave: que una campaña dedique su tiempo a las predicciones para descalificar a sus contradictores es síntoma de ausencia de ideas y de propuestas que conquisten al electorado. Al final, ante la carencia de iniciativas viables en un proyecto político, siempre se recurre al alarmismo para conseguir votos amedrentados que sustituyan aquellos que se logran con propuestas serias que beneficien al país.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Una convención de trámite

El pasado 17 de agosto de 2008, la cupula del FMLN llevó a su candidato por la presidencia, Mauricio Funes, a transmitir su plan de gobierno a los salvadoreños, pero que paso? donde está la gran expectativa que se había generado entre sus adeptos en torno a ese tema? EL FARO.NET, periodico que según ellos es afin a su ideología habla sobre este tema y tambien menciona las ya comunes fallas y deficiencias de este partido político.

Sergio Arauz
cartas@elfaro.net



El FMLN realizó su Convención Nacional, cita en la que aprobaron un programa de gobierno que no incluye la promesa de regresar el colón a circulación ni luchar contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. No hubo voces disidentes ni anuncios sorprendentes. El candidato presidencial habló una hora exacta ante una audiencia mayoritariamente roja que lo vitoreó. El único que no apludió a Funes fue el diputado Salvador Arias, quien escuchó una parte del discurso del candidato y votó por el programa de gobierno.

El FMLN aprobó sin sobresaltos ni sopresas el programa de gobierno a ejecutar en caso de ganar las elecciones del próximo año. El esperado discurso del candidato presidencial, Mauricio Funes, había levantado algunas expectativas por los anuncios que haría. La presentanción del programa de gobierno hecha por el candidato fue expuesta por el partido como el principal punto de la multidinaria cita celebrada en el anfiteatro del Centro Internacional de Ferias y Convenciones, conocido antes como Feria Internacional.

Su mensaje duró una hora exacta, pero no reveló ningún aspecto que antes no hubiera promocionado antes en sus mitines o en declaraciones a la prensa. El candidato hizo énfasis en la promesa de buscar un gobierno de unidad, la lucha contra la corrupción y la apuesta por el empleo. Luego de repasar en términos generales los ejes del programa, los efemelenistas votaron a mano alzada. Por unanimidad, 524 asistentes con derecho a voto en la XXIV Convención Nacional del FMLN, avalaron un documento de 97 páginas dividido en cuatro partes: la gestión de ambiente, la reforma económica, la reforma política y la reforma social. En cada una enumeran una serie de medidas que aún no están detalladas ni contempladas con tiempos.

El coordinador general, Medardo González, presidió el acto oficial vestido de traje negro y corbata roja. A la par de él, en la mesa de honor, se sentaron Funes, su esposa Vanda Pignato, el candidato a vicepresidente, Salvador Sánchez Cerén junto a su esposa, Margarita de Sánchez, la alcaldesa de San Salvador, Violeta Menjívar y la síndica de la comuna, Norma Guevara.

El programa incluyó dos puntos que ya se habían anunciado con anticipación: la reforma al artículo 83 de los estatutos del partido -que permite a los alcaldes efemelenistas buscar un quinto período municipal- y la presentación del programa por parte del candidato.

En su discurso, Funes repitió que abriría relaciones diplomáticas con Cuba, como lo dijo en su primera intervención como candidato, realizada el 11 de noviembre del año pasado. También aclaró que en el FMLN nadie está pensando en disolver la Fuerza Armanda: “El FMLN ha reconocido el profesionalismo de la Fuerza Armada, su evolución y desarrollo después de los acuerdos de paz, por lo que el 4 de julio de 2003 retiró la reserva que mantenía desde dichos acuerdos, comprometiéndose a no promover reformas constitucionales que cuestionen su estatus como una institución permanente del Estado.”

En su mensaje ensalzó la figura de su compañero de fórmula como miembro de la dirigencia que firmó los acuerdos de paz y hombre de diálogo. Según dijo, ante un posible gobierno del Frente, buscarán alianzas con los empresarios de todos los niveles: “Mi gobierno construirá una alianza entre el estado, los grandes, pequeños y medianos empresarios del campo y la ciudad, los trabajadores y los sectores excluidos. Ese será el sustento del nuevo gobierno. Ese será el gran cambio que la sociedad está reclamándonos.”

Salvador Arias, diputado al que el candidato descartó dentro del equipo de gobierno y con el que mantiene serias diferencias y quien espera que no se reelija en la Asamblea Legislativa, estuvo platicando mientras Funes leía su mensaje. No lo aplaudió ni lo vitoreó, pero puso especial atención cuando el candidato mencionó que buscará dinamizar la economía. Cuando fue sometido a votación el programa, Arias levantó tímidamente su credencial en favor del documento.


El equipo que realizó el programa de gobierno fue encabezado por Gerson Martínez, diputado y directivo de la Asamblea, que explica que programa y plan son dos cosas distintas. El programa incluye las propuestas de 31 mesas temáticas, consultas con expertos, técnicos, los integrantes del Consejo Nacional y del movimieno de amigos del candidato.

Los organizadores del evento guardaron una columna especial del anfiteatro del Centro Internacional de Ferias y Convenciones para sus invitados especiales, entre los que estaban cientos de integrantes del movimiento “Amigos de Mauricio Funes”. Más de 8 mil simpatizantes del partido y militantes colmaron las gradas del lugar.

Entre los asisitentes estaba una diputada suplente de Arena (ver nota aparte), el encargado de asuntos políticos de la Embajada de los Estados Unidos en El Salvador, y un grupo de pedecistas disidentes encabezado por el ex secretario general del PDC Ronal Umaña.

http://www.elfaro.net/secciones/elecciones2009/20080818/elecciones6.asp